Entrevista a Enrique Gracia Trinidad, por Ricardo Virtanen.
Para la revista Covibar, de Rivas Vaciamadrid. Enero 2014, nº 230
TEXTO COMPLETO:
Entrevista con Enrique Gracia Trinidad
Enrique Gracia
Trinidad (Madrid, 1950), toda una institución literaria en Madrid, nos presenta,
el próximo jueves 13 de febrero en Covibar, su nuevo y original libro Ver para
vivir.
Ricardo Virtanen.- Llegas a Rivas a presentar tu último libro de
poemas, Ver para vivir. ¿Qué te une o
ha unido a Rivas en tu larga trayectoria como escritor?
Enrique Gracia Trinidad.- Varios años en los que impartí talleres de poesía en el
Centro García Lorca, buenos amigos poetas que residen aquí, un airecillo
contestatario que me encanta y la mucha actividad cultural que veo que se está
realizando.
RV.- Tu actividad como escritor, actor,
pintor y, en general, promotor cultural, es espectacular. ¿Qué hace que un
creador como tú divague, se exprese en tantos campos artísticos?
EGT.- La eterna curiosidad, la necesidad de buscar vías de
expresión... ¡Que no sé estarme quieto! Al final, aprendiz de mucho y maestro
de nada. Se quedaron en el camino la pintura en serio, la fotografía, el diseño,
el doblaje y el teatro más profesional, y ganaron la poesía, las caricaturas, y
el teatro de voz para poesía y radio. También el ánimo de divulgar la obra de
otros autores.
RV.- Ver
para vivir es tu último trabajo, publicado en Amargord Ediciones. Un libro
de una sorprendente sencillez, en prosa poética, y con una fuerza expresiva y
originalidad. ¿Cómo ubicas este libro nuevo dentro de tu larga trayectoria
poética, con más de 15 libros publicados desde 1973?
EGT.- Este libro es
mi 19ª publicación poética, la prosa y otros géneros ni los cuento. No es tanto
prosa poética como poesía "a caja" (una variante que prefiero). En el
fondo es un libro más, con ideas que llevaba dentro hace mucho tiempo. La
fundamental: hacer poesía de lo más cotidiano, dar vida a los objetos —en el
fondo nuestra propia vida—. Seguir aquella máxima que alguien dijo: "La
poesía no está hecha tanto para cantar los sublime sino para convertir en
sublime cualquier cosa" o algo así.
RV.- A mí, Ver para vivir, me ha
recordado un poco al Neruda de sus Odas. ¿Qué te ha llevado a concretar un
libro así, dedicado a las cosas que nos rodean, a veces insignificantes, pero
inseparables de nuestra vida cotidiana?
EGT.- Ya me han
comentado eso algunas veces. Sí, en cierto modo tiene el mismo origen: el
cantar lo cotidiano lo supuestamente "no poético", lo que la mayoría
piensa que no es poetizable. Si Neruda
hizo odas a la alcachofa o al átomo, a mí me dio por hablar del imán de la
nevera o de la parada de autobús. Aunque hay coincidencias en algún criterio,
sus odas son de más largo aliento y mis poemas más escuetos. Un orgullo que me
asemejen (aunque sé que estoy lejos) con uno de mis maestros.
RV.- Acaso sea Sin noticias de Gato de Ursaria (2005) el libro que te ha dado
mayor repercusión como poeta, al alzarse con el prestigioso Premio “Emilio
Alarcos”. Cuéntanos qué buscas actualmente en la poesía, dónde te ubicas, qué
caminos crees que te pueden quedar por recorrer después de una tan dilatada
trayectoria poética.
EGT.- El prestigio
del premio Alarcos y su publicación en Visor fueron importantes, sin duda, pero
es una cuestión de oportunidad y suerte más que nada. En la poesía sigo
buscando lo mismo que buscaba con mi primer libro, "Encuentros", que
fue accésit del Adonáis: encontrarme a mí mismo y mi lugar en el mundo,
compartir lo que pienso, veo o me emociona, crear arte, aspirar a la belleza de
la mejor palabra. Ambicioso sin duda, pero para un creador es imprescindible la
ambición.
¿Qué me queda? Ni lo sé, mientras
tenga aliento y siempre que no empiece a repetirme, seguiré escribiendo y allí
veré si me quedaba algo o no. Ojalá me dé cuenta de parar a tiempo si me quedo
hueco o me repito.
RV.- Todas tus actividades son realmente
llamativas: locutor de radio, poeta/rapsoda, actor de teatro, conferenciante,
locutor de radio…, sin embargo una me parece muy llamativa, y además la
realizas magistralmente: dibujante de cómic y caricaturista. ¿Qué te ha llevado
a ser dibujante? ¿Cómo lo encajas dentro de tu perfil como creador?
EGT.- Siempre he
dibujado. Tuve ocasión de niño de acudir al taller de uno de los grandes de la
pintura española, pero renuncie para estudiar otras cosas y, al final, no
aprendí nunca a dibujar bien. Me considero un poco pintamonas, un dibujante
ocasional, por no dejar las manos quietas... caricaturista por amistad o viñetista
de humor por compromiso social, sin más pretensiones. Me divierte y poco más.
Ojalá supiese hacerlo mejor.
RV.-
¿Cuál crees que es, o debe ser, la actitud del creador (en tu caso,
dentro de tus múltiples quehaceres), esto es, su papel en la sociedad actual,
una sociedad arrastrada y llevada en volandas por las nuevas tecnologías?
EGT.- La sinceridad
consigo mismo y el compromiso con el mundo en el que vive. Detesto, como
Celaya, la "poesía concebida como un lujo". Alguna vez puede
escribirse así, por gusto, pero si se convierte en una concepción me resulta
insoportable y fatua.
Una actitud abierta y al mismo
tiempo comprometida me parece esencial —para mí, al menos—. Nada en contra de
las nuevas tecnologías; son una herramienta y me encanta disponer de ellas y
aprovecharlas. Lo que esclaviza no es la tecnología sino la intención de
algunos para esclavizar, adormecer y controlar con ella. Un poema es igual de
bueno si está escrito en una tablet o en un cuaderno de notas. Lo malo es
cuando se escribe, como decía más o menos Bécquer, al dorso de un billete de
banco.
RV.- Tras Ver
para vivir, ¿qué novedades poéticas, o en otros géneros, tienes para el
futuro?
EGT.- Pues ya veremos. Normalmente no planifico. Suelo escribir
poemas, no libros de poesía. Luego los voy juntando y adelante. Cuando una idea
se pone más activa (en el caso de este libro que surgió con uno objeto y se
disparó rápidamente por otros, salió en conjunto, pero no es lo habitual) Mis
dos libros próximos, uno acabado y otro a punto, son de poemas más abiertos, en
los que hablo de la vida, de la muerte, de la propia escritura, de la soledad,
del paso del tiempo, del silencio, de la extrañeza ante el mundo (uno de mis
temas recurrentes). No son libros muy temáticos sino conjuntos de poemas que
tienen un aire más o menos similar.
RV.- Finalmente quería preguntarte por tu
opinión en torno a la labor que se lleva haciendo en Rivas desde hace décadas
en pos de la cultura, y en concreto por la apuesta que Covibar realiza en los
últimos años, produciendo una publicación periódica literaria, recitales,
presentaciones…
EGT.- Ya lo dije al principio: Me encanta que haya actividad
literaria emanada de los propios vecinos. Si los políticos la apoyan, pues muy
bien y si no pues adelante por libre. Lo que me gusta es el ánimo de algunos
para tirar de estos proyectos a pesar del desgaste que provoca la desidia y
hasta la malquerencia de otros.
Las
noticias que recibo de Covibar, o más bien de algunos vecinos, en este sentido
emprendedor me son muy gratas. Siempre que pueda, colaboraré con vosotros
porque es lo que creo que hay que hacer en justicia y lo que me pide el cuerpo.
Gracias.